En el rostro de Luis Díaz Bórquez (80) se refleja la emoción de volver a la Municipalidad de Valdivia.
Es el viernes 8 de septiembre y en el edificio consistorial en la capital de la Región de Los Ríos se organiza una ceremonia en que destacan la figura de Díaz como el alcalde de la Unidad Popular en Valdivia.
En la misma ocasión, fue descubierta una placa reflejando el compromiso de las autoridades por el cuidado de la democracia y la defensa de los derechos humanos.
Luis Díaz es el invitado central. Recibe todas las miradas y los saludos de quienes lo conocen, de aquellos que se enteran recién de su historia y de los vecinos que, por casualidad, se toparon con la actividad al hacer los trámites en el recinto municipal.
De 1,70 metro de estatura aproximadamente, pelo cano, lentes y en buena forma física, quien fuera en su momento el alcalde más joven de Chile (tenía 24 años en su período edilicio) reflexiona sobre los años convulsos en los que le tocó dirigir la comuna.
Valora la colaboración de quienes eran regidores por aquellos años, recuerda algunas de las gestiones realizadas y es enfático al reiterar que no todo lo que se hizo durante el gobierno de Salvador Allende fue malo.
Por eso al ser el centro de atención y los saludos, se le nota emocionado a Díaz.
Volver al municipio es especial, fue parte de las gestiones para construir el actual edificio icónico en el centro de la ciudad y, por tanto, los recuerdos se le vienen a la cabeza.
En su discurso de la ceremonia recordó nombres de personas con las que trabajó, valdivianos a favor y en contra del gobierno popular, pero valora que por sobre todas las cosas había un espíritu de colaboración que siente, que con el tiempo, ha desaparecido.
A su juicio el mercantilismo y la influencia del dinero han hecho mella en las generaciones actuales. En su opinión, las autoridades de antaño tenían una mística que los hacía sentirse diferentes porque trabajaban por algo especial, por algo que iba mucho más allá de los simplemente material y que era construir una sociedad diferente.
Hoy con ocho décadas a cuestas y con la experiencia de 50 años pasados desde aquel frío 11 de septiembre de 1973 en Valdivia, el análisis de ese periodo es más templado.
“Recuerdo que ese día 11 de septiembre estaba en casa cuando muy temprano un vecino me alertó de lo que estaba sucediendo en Santiago. Nos enteramos por la radio de los hechos que ocurrían en la capital y me apresuré en salir para dirigirme a la Intendencia y ver qué acciones realizaríamos”, señala a Diario de Valdivia, Luis Bórquez respecto de ese día en que cambió la democracia en Chile y de paso, su vida completa.
“La noche anterior habíamos estado reunidos hasta tarde esperando algunas noticias porque teníamos información de que vendría una acción similar”, comenta.
Agrega que “el 9 de septiembre tuvimos un encuentro con el diputado Carlos Lorca (PS detenido desaparecido) y él nos dijo sin dudas ni tapujos que la próxima semana era el golpe militar”.
Díaz había sido electo alcalde de Valdivia por el Partido Socialista y tenía una responsabilidad a cuestas por demostrar que con su juventud le podría dar empuje a la comuna.
Profesor normalista, estudiante de Pedagogía en la Universidad Austral hasta que asumió como alcalde, su figura permaneció en el recuerdo de quienes ahora son antiguos vecinos valdivianos.
Hace 50 años el joven alcalde se dirigió al centro de la ciudad. Allí frente a la Plaza de la República se reunió con el intendente socialista Sandor Arancibia y otros funcionarios de la repartición.
En las calles de la ciudad no se veían muchas personas. Parecía que justo ese día todos se quedaron en casa.
“Al llegar a la Intendencia para analizar la situación ya había presencia militar en la plaza, pero el movimiento estaba algo indeciso. En esos momentos no quedaba otra cosa que aceptar lo que estaba sucediendo”, dice.
“De hecho, el intendente llamó temprano al general Gordon de Carabineros y él le dijo que no se preocupe, que Carabineros está con el gobierno”.
Díaz pronto se enteraría que el alto mando de la policía uniformada no estaba implicado en el golpe. “El general César Mendoza ocupaba la quinta o sexta posición en antigüedad en la institución y lo que hizo fue dar un golpe interno; como también sucedió en la Armada”, recuerda.
-¿En Valdivia, hubo reacción de la comunidad? ¿Salió gente a las calles?
“La gente se dio cuenta que no había más que esperar y ver qué sucedía. No había ninguna capacidad de respuesta, por mucho que se hacían discursos sobre ese tema, pero era verbalización. No había ninguna capacidad de respuesta en el plano militar y menos aún cuando era evidente que todas las ramas de las fuerzas armadas y Carabineros estaban implicadas en el golpe. No había ninguna posibilidad de alguna decisión”.
El alcalde fue detenido por Carabineros y según consta en el expediente del ministro en visita extraordinario para causas por violaciones a los derechos humanos, Álvaro Mesa, fue sometido a “tratos inhumanos, crueles y degradantes” en el ex Regimiento Cazadores.
En ese periodo se le acusaba –junto a otras ocho personas ligadas al PS- de haber sido parte del Plan Z que apuntaba a exterminar a los altos mandos de las fuerzas armadas, terminar con la oposición al gobierno popular y llevar a cabo un autogolpe.
Posteriormente, ese plan fue desmentido y más bien fue calificado como una operación de propaganda de los primeros años de la dictadura cívico-militar.
Tras su detención, el exalcalde pasaría al exilio hasta que el tiempo lo traería de vuelta a su ciudad.
Bórquez recuerda el trabajo realizado en el municipio local en su periodo. “Hay que entender el contexto nacional en el cual se desarrolló mi actividad como alcalde. Evidentemente había un gran esfuerzo por transformar Chile y en ese empeño, también he remarcado, hubo colaboración. Se hizo el Festival de Valdivia que atrajo mucho interés. Era algo como el Festival de Viña del Mar y se transmitía por las radios a nivel nacional”.
Valora además el diseño y ejecución de obras del actual terminal de buses, de la empresa Valdicor, la feria industrial de Valdivia, el avance en el actual edificio de la municipalidad y la labor por mejorar las condiciones en la ciudad.
“Siempre encontré colaboración de los regidores y funcionarios en el corto tiempo que estuve. Nunca hicieron mención de sus posturas políticas, hubo mucha generosidad y entrega. Había conflicto a veces, pero se podía colaborar”.
Recuerda además que durante la Unidad Popular hubo hechos de violencia, pero muchos de ellos gestionados por grupos opositores. “No hay que olvidar que hubo 12 compañeros nuestros baleados. A mí me pusieron dos bombas en el domicilio de mis padres. Una estalló. Cuando se nos acusa de violentos no sé a qué se refieren”.
Respecto de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado indica que se ha enfatizado mucho énfasis a los hechos negativos que ocurrieron durante la Unidad Popular.
“Sí, los hubo, porque se hicieron transformaciones radicales como avanzar en la Reforma Agraria, pero se llevaron adelante proyectos que tuvieron un efecto extraordinario en la historia, como la nacionalización del cobre”, destaca.
Díaz comenta que “tenemos muchas cosas de las cuales enorgullecernos como equipo municipal en un tiempo donde el esfuerzo colectivo era valorado. Hubo vocación de servicio en un periodo difícil”.
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