La imagen de un hombre afuerino ha circulado las últimas horas en redes sociales futroninas con todo tipo de teorías sobre su origen. De aspecto extravagante, alto, mojado por la lluvia y solitario ha causado diversas reacciones en su paso por Riñinahue, Llifén y Futrono esta última semana.
Se trata de un hombre de aproximadamente 40 años, delgado que llegó el pasado lunes a Llifén, proveniente de Riñinahue según testigos, causando las primeras reacciones de animadversión por su andar y carácter misterioso.
Ese mismo día se trasladó a Futrono y comenzó a pedir comida y dinero para sobrevivir, eso hasta este jueves en que su imagen fue publicada en redes sociales y recibió todo tipo de comentarios.
Diario Futrono investigó la procedencia sobre el que se tejieron historias, como una supuesta huída de un centro de salud mental, que estaría rondando los colegios o que usa un gran machete. Lo cierto es que nada de eso es real, pues no es más que un solitario viajero con una evidente alteración mental y completamente inofensivo.
“LAS APARIENCIAS ENGAÑAN”
Fue una joven, Yerli Gallardo, futronina que reside en Frutillar, quien lo reconoció en una de las publicaciones y manifestó que se trata de una “buena persona” y que es indignante que los juzguen sólo por su aspecto.
“Lo que yo sé es que nadie sabe de dónde llegó, pero acá la gente no le tiene miedo porque él es muy tranquilo, pide plata para comprar pan o papas fritas y tener un problema mental no lo hace mala persona. Yo que soy futronina no entiendo que la gente de mi comuna juzgue a alguien sólo por su apariencia, me parece injusto y vergonzoso, acá la gente lo quiere porque un libro no se juzga por su portada”, dijo la joven.
A su relato se suma el del sargento 2° de Frutillar, Marco Paidanca Cárdenas, quien consultado por nuestro medio se extrañó por la reacción de la gente pues “avatar”, como le llaman, es completamente inofensivo.
Paidanca señaló que es una persona tranquila, de quien se desconoce su verdadera historia, sólo saben que habría llegado hace un tiempo desde Santiago y que vive de la caridad.
“Él no molesta a nadie más que para pedir dinero o comida, y si no le das no pasa nada porque no es violento, a veces habla solo y pelea solo, pero jamás hemos recibido una denuncia porque agredió a alguien o porque se metió en alguna propiedad, pierdan cuidado que no es malo y así como llegó, se irá”, dijo el sargento.
Hoy su imagen es viral por su extravagancia y pese a que inicialmente la mayoría se volcó en su contra, poco a poco recibe la generosidad de quienes tienen la capacidad de mirar más allá de las apariencias.
Las fotografías para la elaboración de este artículo fueron extraídas desde Facebook y Whatsapp, donde han circulado profusamente sin indicar la autoría exacta de cada una.
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