Una verdadera pesadilla vivió una familia que el pasado 15 de junio viajó desde Paillaco a Santiago a bordo de un Pullman Bus, luego de guardar 21 días de reposo, tras recuperarse de Covid-19.
Se trata de una familia de Santiago, quienes viajaron a mediados de mayo a Itropulli, en la comuna de Paillaco, hasta donde llegaron para cuidar al abuelo de Lidia, quien padece un cáncer que lo mantiene en delicado estado de salud. Creen haberse contagiado en ese viaje, pues manifestaron que no se cumplían las medidas sanitarias exigidas por la autoridad sanitaria.
“El baño estaba sucio, la gente se sacaba las mascarillas y un hombre tocía muy cerca de mi hija, y ella fue la primera en presentar síntomas. Nosotros habíamos estado encerrados en Santiago, no teníamos dónde más habernos contagiado”, dijo César, el padre de familia.
El viaje que debía extenderse no más allá de una semana, se convirtió en el peor mes de sus vidas pues, a los 3 días de su llegada, sus hijos (9 y 13 años) comenzaron con síntomas de coronavirus. Luego se contagiaron ellos y todo el grupo familiar, incluido el abuelo de 87 años, debiendo lidiar con los síntomas y también con la discriminación de algunas personas. VER NOTA ANTERIOR
CUARENTENA ANTES DEL RETORNO
Se tomaron con seriedad el tema y decidieron guardar cuarentena por 21 días, no 14 como se establece, para estar seguros de estar completamente recuperados y no contagiar a nadie en el regreso a su casa en la Región Metropolitana. Además, les habían dicho que se cumplían estrictas medidas de seguridad en el transporte y que se podía viajar.
Fue así como el 15 de junio abordaron nuevamente un Pullman Bus, esperando que, a un mes de aquel terrible primer viaje, se estarían tomando las medidas que corresponden para frenar la enfermedad. Se equivocaron.
César manifestó que no hubo ninguna fiscalización a la máquina que los trasladó a Santiago. “Esperábamos que en Valdivia al menos se suba alguien a fiscalizar las condiciones en las que estábamos viajando, pero no. El bus iba repleto de gente y ni siquiera había alcohol gel”.
“SI NO LE GUSTA, BÁJESE”
Lidia, su esposa, señaló a Diario Paillaco que le preocupó ver a los conductores del bus sin mascarillas, por lo que se los hizo saber, pero recibió una respuesta que jamás esperó: “Si no le gusta, bájese”, le habría dicho uno de los conductores.
Así trascurrió un largo viaje de retorno, en un bus lleno de pasajeros, con personas que se quitaban las mascarillas, una pasajera fumando en el baño, sin idas al baño y tratando, como podían, protegerse de un nuevo contagio.
¿QUIÉN FISCALIZA?
“No entiendo como si llevamos tantos contagios todos los días las autoridades de transportes no se preocupen de fiscalizar, en el viaje de regreso subían y bajaban gente en el trayecto sin ninguna medida de seguridad, lo pasamos realmente mal porque regresaron todos nuestros temores de volver a pasar por esta enfermedad. Esto no puede continuar”, dijo Lidia.
A través de la web hicieron un reclamo a la línea de buses, que aún no ha sido respondido, pero creen que la autoridad debería tomarse en serio el cuidado de las personas en esta pandemia y ser más efectivos en la fiscalización, pues creen que es una de las principales vías de contagios.
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