Hoy 26 de marzo se conmemora el Día mundial de la prevención del cáncer cérvico uterino. Una fecha que busca sensibilizar a las mujeres sobre la importancia de prevenir esta enfermedad o detener su avance con un diagnóstico precoz.
Según las cifras de Globocan del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, en Chile en el 2020 se diagnosticaron 1.503 casos y fallecieron 799 personas por esta causa.
Este tipo de cáncer se puede prevenir y la OMS está implementando la Estrategia para para Acelerar la Eliminación del Cáncer del Cuello Uterino. ¿Cómo? Basándose en tres pilares fundamentales: la vacunación, la detección y el tratamiento. La aplicación con éxito de los tres podría llevar a una reducción de más del 40% de los nuevos casos de la enfermedad y evitar 5 millones de muertes relacionadas con ella para el año 2050 en el mundo, según informa la propia entidad.
VACUNA
Sobre esta enfermedad, el ginecólogo oncólogo valdiviano Dr. Raúl Puente, explicó que “el cáncer cérvico uterino se considera como una enfermedad de transmisión sexual, ya que en el 99,7% de los casos el agente causal es el virus del papiloma humano (VPH) en cualquiera de sus cepas oncogénicas, y que se transmite mediante relaciones sexuales”.
Por ello, una de las estrategias para su prevención, es la vacunación. Sobre esto, el médico, quien fue fundador y primer presidente de la Sociedad Latinoamericana de Ginecología Oncológica, explicó que “las vacunas contra el VPH se desarrollaron con el fin de prevenir la infección viral y el desarrollo de las enfermedades relacionadas con esta infección, entre otras, el cáncer cérvico uterino. Las cepas virales de mayor riesgo para generar este cáncer son las de los HPV 16 y 18 -causan alrededor del 70% de todos los cánceres de cuello uterino en todo el mundo- y todas las vacunas existentes la bivalente, la cuadrivalente y la última - la nonavalente- protegen contra estas 2 cepas al menos”.
En Chile, esta vacuna está incluida dentro del Plan Nacional de Inmunización y tiene como propósito proteger a las niñas y los niños de cuarto año básico (primera dosis) y quinto año básico (segunda dosis). Fue incorporado porque la mayoría de las mujeres y los hombres sexualmente activos contraerán la infección en algún momento de su vida, y algunas personas pueden tener infecciones recurrentes, y esta es una forma efectiva de protegerlos.
PAP
El cáncer se forma en los tejidos del cuello uterino (el órgano que conecta el útero con la vagina). Por lo general, es un cáncer de crecimiento lento que a veces no presenta síntomas pero se encuentra mediante una prueba de Papanicolaou (PAP) y en su gran mayoría, como se mencionó, lo causa una infección por el virus del papiloma humano.
En sus etapas iniciales prácticamente no da síntomas, o éstos son muy inespecíficos. “A veces se presenta un sangrado irregular, o éste aparece después de una relación sexual. Otras veces se puede presentar un flujo vaginal mucoso o acuoso. En general los síntomas -entre otros, la presencia de dolor-aparecen en etapas avanzadas, cuando las posibilidades de curación pueden ser francamente menores. La ausencia de síntomas reafirma la necesidad de que la mujer haga controles ginecológicos periódicos que incluyan la toma del PAP para una detección precoz de lesiones premalignas o de etapas iniciales de la enfermedad”, afirmó el Dr. Puente.
Y agregó que “la incidencia de cáncer cérvico uterino ha ido disminuyendo paulatinamente a nivel mundial y también local, gracias a la masificación de la toma del Papanicolaou, que permite descubrir lesiones premalignas y tratarlas adecuadamente antes de que se conviertan en cáncer. También se ha advertido que gracias a los programas de vacunación empleados en diferentes países, las lesiones premalignas de alto grado han tenido una importante disminución, lo que se traducirá en un franco descenso de la incidencia de cáncer cérvico uterino en la próxima década”.
Y justamente ese es el desafío que se ha trazado a nivel mundial, disminuir y eliminar este tipo de cáncer que afecta la salud de la mujer y que a diferencia de otros, se puede prevenir a través del autocuidado.
CONTROLES
Sobre esto último, la presidenta de la Corporación Sumemos Salud, Soledad Ojeda, manifestó que “aunque hoy la principal preocupación es el Covid19, es necesario que los programas de detección como la toma del PAP continúen y las mujeres acudan a los centros de salud a realizarse el examen. Quienes tienen controles deben insistir y visitar a sus médicos o matronas siempre protegiéndose con mascarilla, distancia física y alcohol gel. Este cáncer se puede prevenir y se puede curar si es detectado a tiempo, lo esencial es que las mujeres estemos informadas, comprendamos que un sencillo examen nos puede salvar la vida”.
El PAP es un estudio citológico de las células de cuello uterino, que consiste en la recolección de las células del cuello del útero que al ser analizadas permite detectar en forma precoz lesiones pre cancerígenas, ya que puede identificar la presencia de células anormales. Esto permite realizar el tratamiento para evitar la progresión.
En nuestro país, las mujeres trabajadoras según la Ley 20.769 del Código del Trabajo, tienen permiso para realizarse exámenes preventivos como el PAP y la mamografía, contando con medio día de jornada laboral para ello.
Entre las medidas de prevención se recomienda: PAP cada 3 años a partir de los 25 años; dieta equilibrada, evitar el sobrepeso, no fumar y usar preservativo durante las relaciones sexuales.
ESTRATEGIA OMS
En agosto de 2020 la Asamblea Mundial de la Salud aprobó la Estrategia para la eliminación del cáncer cervicoiterino como problema de salud pública. Tiene tres pilares principales: prevenir, detectar y tratar, que capturan un enfoque integral que incluye la prevención, la detección efectiva y el tratamiento de las lesiones precancerosas, el diagnóstico temprano del cáncer y los programas para el manejo del cáncer invasivo.
Los países se han comprometido a alcanzar como objetivos globales para el 2030:
-Cobertura del 90% de la vacunación contra el VPH en niñas (a los 15 años)
-70% de cobertura de detección.
-90% de tratamiento de lesiones precancerosas y manejo del 90% de los casos de cáncer invasivo.
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