La pandemia agudizó la crisis del sector cultural, en la que los espacios que administran infraestructura destinada a la programación, exhibición o comercialización de bienes y servicios culturales vieron en grave riesgo su sostenibilidad. Una situación donde abundó la suspensión forzada de actividades presenciales, la imposibilidad de mantener equipos de trabajo y el inminente cierre, en algunos casos, fue lo que tuvo a la vista el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio para crear el Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras (PAOCC).
La reciente entrega de los recursos dejó a cuatro organizaciones de Los Ríos dentro de las 36 seleccionadas de regiones distintas a la Metropolitana, con un total de $155.912.204, quedando en tercer lugar a nivel nacional de acuerdo al monto adjudicado, antecedida solo por las regiones Metropolitana y Valparaíso, y superando ampliamente los $88 millones entregados en la convocatoria 2020.
“Como Ministerio los concursos públicos han sido nuestra principal herramienta de financiamiento a iniciativas culturales. Lógicamente, la situación de crisis que atraviesa el sector ha hecho necesario redoblar los esfuerzos y es por eso que todos nuestros presupuestos han crecido de manera histórica, lo que ha significado un importante despliegue de recursos humanos y económicos”, comenta el Seremi (s) de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Adolfo Herrera.
Para Herrera esta segunda entrega ayudará a mitigar los efectos de la crisis sanitaria y económica en las organizaciones que desarrollan actividades culturales en la región, en áreas clave para su sostenibilidad, favoreciendo también a las audiencias. “Sabemos que detrás de los espacios culturales hay una gran cuota de autogestión, compromiso y esfuerzo, por lo que estamos muy contentos de saber que hoy cuatro nuevos proyectos podrán seguir funcionando, con recursos que les permiten seguir pagando sueldos, arriendos y mantenimiento; contratar programación y pagar derechos de autor, y así continuar entregando programación al público”, agrega.
En efecto, el programa establece el financiamiento de un año de gestión que incluye el costo mensual de la planilla de los equipos de trabajo estables (sueldos y cotizaciones), gastos fijos asociados al mantenimiento de espacios de trabajo (arriendo de oficinas, espacios de exhibición y/o locales de venta de productos y pago de servicios básicos), gastos relacionados al diseño o implementación de actividades de desarrollo de públicos y actividades artísticas; contratación de contenido programático, pagos de derechos de autor, difusión, marketing, gestión y exhibición de bienes y/o servicios culturales.
Reinicio
La pandemia llevó a Máximo Torres a tomar la decisión de cerrar su estudio de grabación en Valdivia y volver a su Futrono natal, para instalar allí Espacio Monte Ranco, proyecto con el que se adjudicó cerca de $40 millones en el PAOCC. “Estamos recién partiendo acá en la comuna de Futrono, entonces que se haya creado esta oportunidad es lo mejor que nos pudo haber sucedido. No son muchos los espacios en el Ranco y la idea era potenciarlos. Muchas bandas que hoy se encuentran en Valdivia nacen de comunas y emigran a la capital, y en este caso hacia Valdivia”, comenta.
El proyecto consiste en desarrollar sesiones audiovisuales de 12 bandas de Los Ríos, todas con temas propios y en varios géneros musicales, parrilla que surge de la experiencia de Máximo como ingeniero en sonido. “La idea es hacer actividades culturales de la música, pero al mismo tiempo ayudar a las bandas que durante todo este tiempo no han podido trabajar, dándoles la oportunidad de tocar en vivo y pagarles correctamente”, afirma.
El plan considera una sesión musical por banda de unos 40 minutos, una vez por mes y con una entrevista previa, lo que se grabará íntegramente en Espacio Monte Ranco, a lo que no descartan sumar la asistencia presencial de público, dependiendo de la situación sanitaria y los aforos permitidos. El mismo material será luego subido a su cuenta de YouTube.
“Yo tenía el estudio de grabación en Valdivia, pero tuve que irme porque no podía abrir ni generar el dinero para pagar el arriendo. Entonces, tomé la gran decisión de crear un espacio donde se reunieron varios factores para construir algo nuevo, como a mí me gusta y que sea mío. Las Sesiones de Monte Ranco son un inicio para crear muchas cosas más, pero es importante partir así”, sostiene.
Consolidación
El escritor y editor Aldo Astete acumula un amplio currículo como impulsor de iniciativas tales como el Campamento del Terror de Demaihue, la Feria del Libro de Paillaco y más recientemente su proyecto audiovisual Paillaco Desconocido. De allí que la instalación de Espacio Austrobórea y la adjudicación de los fondos del Ministerio de las Culturas sea visto por él como un corolario de la autogestión de años.
“Lo que hace es permitir el trabajo de un espacio cultural que se está gestando, que responde a la gestión de iniciativas que se venían desarrollando y que ahora por fin terminan siendo un centro cultural con una parrilla programática con actividades, productos culturales y un equipo profesional que trabaja en ellos”, señala Astete.
“Entonces la sensación es algo que se conversaba en el sector cultural, que tiene que ver con el financiamiento de las actividades durante un período, que permitan trabajar de manera tranquila, holgada y que posibilite el desarrollo cultural de las comunidades”, complementa.
En relación a los recursos obtenidos, estarán destinados, principalmente, a la cancelación de honorarios al equipo que estará a cargo del trabajo en el proyecto, que tiene como foco específico la reactivación del sector cultural en Paillaco. “Nosotros queremos desarrollar desde acá, desde lo que entendemos es el corazón de la región, una manera de trabajar, no sé si novedosa, pero sí más integral y sumando a la comunidad cercana”, dice y agrega: “Queremos traspasar fronteras, pero desde lo local. Esto de ‘pinta tu aldea y serás universal”, palabras de Tolstói, no me canso de decirlas, porque es un poco nuestra intención, el conocer también el territorio y las personas que lo habitan, su realidad y el patrimonio inmaterial que está detrás de todo esto”, cierra.
Doble impacto
“Estamos súper agradecidos de la adjudicación de este proyecto que nos viene a dar todo un impulso a la gestión que hemos venido haciendo. Nos da un descanso presupuestario para poder solventar todos los gastos mensuales que conlleva tener un espacio como el nuestro y, asimismo, afianzar el trabajo de nuestro equipo, sumando nuevos elementos súper importantes para nuestra gestión”, dice de entrada Roberto Faúndez, gestor cultural de CasaMúsica, otra de las organizaciones que se adjudicó el PAOCC.
Para el productor musical de profesión, la continuidad y reactivación del espacio impactará también en el sector artístico en cuanto a la formación musical. “Se verán beneficiados directamente más de 20 profesoras y profesores que va a contemplar el proyecto en específico; más de 20 músicos, músicas, artistas, formadores y también agrupaciones que van a ser parte de las actividades de este plan de gestión que, además de las clases de talleres continuos que nosotros hacemos, sumará procesos de programación musical, programación artística y procesos de fomento lector para niñas, niños y jóvenes”, detalla.
Continuidad y complementariedad
Para el Centro Cultural Bailarines de Los Ríos la adjudicación del PAOCC no es nueva. Ya el año pasado lograron recursos que sirvieron para sostener el espacio en medio de la época más dura de la pandemia. “Es fundamental para nosotros que sigamos con el apoyo de los Fondos Cultura a través de PAOCC, porque eso nos ha permitido continuar y no cerrar el espacio, que ha sido una decisión muy triste que otros han tenido que tomar”, dice Sara Vera, directora del centro.
“Nos vinculamos directamente con colectivos y compañías locales que residen de forma permanente en nuestras dependencias y además con la formación y programación de actividades para la comunidad. Por lo anterior, creo que los fondos vienen a apoyar a que continuemos en pie y a sostener nuestros equipos y vinculaciones que utilizan el espacio para desarrollar sus áreas, proyectos y otras autogestiones que aquí suceden”, agrega.
Sobre lo que proyectan para un nuevo año de gestión, Sara comenta que el plan posibilitará la contratación de ocho personas que conforman el equipo de trabajo, todos profesionales del área de las artes, además una cantidad extendida de artistas para programación de obras y festivales, entre otros. “En este nuevo plan hay un poquito de todo lo que nos mueve: la mente, el cuerpo y el corazón”, dice sobre la parrilla que incluirá programas de formación, de residencias creativas y de mediación de artes escénicas y comunidad, además de una programación anual con festivales como Escena Portable e Interamericano de Danza.
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