Natalie Urrutia, médico veterinario y Ph. D. en Cs. Animales, es investigadora en nutrición de vacas lecheras, un tema de gran relevancia para el éxito en el ámbito productivo, económico y cada vez más relacionado con la sostenibilidad de la producción lechera. Conversamos sobre su labor en INIA Remehue, uno de los principales centros de investigación en el ámbito lechero del país.
¿Desde tu llegada a INIA Remehue en qué proyectos has trabajado?
El comienzo no ha sido fácil ya que los fondos de investigación a los que postulamos son muy competitivos, y en Chile se generan muchas propuestas de alta calidad. Sin embargo, he colaborado con varios proyectos de extensión y transferencia, realizando charlas de mi área de expertise que es nutrición de rumiantes y calidad de leche, a distintos segmentos de productores lecheros tanto en la Región de Los Ríos como en la Región de Los Lagos. Junto con ello, he generado proyectos en las áreas de desarrollo de servicios para mejorar calidad de leche, nutrición de vacas en sistemas pastoriles, uso de subproductos desechos de otras industrias para alimentación bovina, las cuales han sido concursados a distintas fuentes de financiamiento.
En el año 2018 me adjudiqué un Fondecyt de Iniciación que busca determinar la interacción del acetato con la fermentabilidad de la dieta y con la etapa de lactancia en la regulación de la síntesis de leche y el redireccionamiento de nutrientes en vacas lecheras. Este proyecto se encuentra en ejecución actualmente, y considera 5 ensayos en donde evaluaremos en qué etapa de lactancia, y con qué tipo de dieta, la respuesta productiva al acetato dietario genera una respuesta mayor en leche y componentes lácteos, principalmente grasa. En este proyecto además estamos investigando mecanismos fisiológicos de la vaca que permiten que el acetato redireccione nutrientes a la glándula mamaria.En ese mismo año comenzamos un pequeño proyecto de financiamiento INIA que busca abordar algunas problemáticas de nutrición de productores lecheros de la zona sur. Además, estoy colaborando en proyectos de investigación y desarrollo de otros investigadores de INIA, en las áreas de mitigación de metano entérico a través de la nutrición, y modelación de energía metabolizable de praderas de otoño y primavera para vacas lecheras.
También he liderado una iniciativa con la empresa privada que buscaba evaluar la digestibilidad del micromineral traza, el cobre, en una forma orgánica de citrato de cobre, producido de una manera menos contaminante que su alternativa actual, el sulfato de cobre.
¿Qué avances se han logrado en estos trabajos?
La mayoría de los proyectos se encuentran en etapa de ejecución, los cuales aún no tenemos resultados para presentar. En el proyecto del citrato de cobre que ya culminó, se pudo determinar que el citrato de cobre es una fuente digestible de cobre para la nutrición de vacas lecheras, lo que llevado a gran escala podría ser beneficioso para el medio ambiente, ya que su proceso de producción es más amigable con el medio en comparación a sulfato de cobre, que genera una gran contaminación al medio con azufre y ácidos.
¿Cuál es la importancia de la nutrición de vacas lecheras?
La nutrición es fundamental para la salud de la vaca lechera y para que exprese su máximo potencial productivo, determinado por su genética. En este sentido, además importante conocer el aporte nutricional de diversas fuentes de nutrientes y subproductos de otras industrias productivas que se usan en los sistemas lecheros, es importante evaluar el efecto que estos tienen sobre la calidad e inocuidad láctea, como también en la salud animal. En los sistemas productivos del sur de Chile, la principal fuente de nutrientes de las vacas lecheras es la pradera, por lo que para nosotros es importante investigar en temáticas asociadas a un mejor aprovechamiento de los nutrientes de la pradera, como también los diversos suplementos alimenticios que complementen de mejor manera la pradera.
¿Qué desafíos tienen los productores actualmente?
Muchos. Ser rentable, tener vacas saludables, respetar y dar las condiciones adecuadas para una producción limpia, para bienestar animal, entre otras, son las problemáticas y desafíos del día a día, como también, poder mantener un equipo humano motivado y con capacidades para realizar el trabajo del campo. En términos de la nutrición animal, el mayor desafío es costear y ser constantes y efectivos en la entrega diaria de los nutrientes requeridos por los animales, y que estos nutrientes se encuentren libres de contaminantes que pudieran afectar la salud o productividad.
¿Qué recomendaciones le darías?
Recurrir a profesionales que los asesoren y vigilen de cerca la nutrición y alimentación animal para lograr sus metas productivas prediales. También recomiendo realizar análisis de composición química de los principales insumos utilizados durante el año para alimentar los animales, esto permite balancear la dieta acorde a los requerimientos; planificar los cultivos año tras año de acuerdo a la carga animal, potencial genético de las vacas y metas productivas, tener personal capacitado y recapacitado en lo referente a la alimentación, manejo de pastoreo, medición de materia seca en microonda, inspección de ensilajes e insumos, mezclado de dietas en carros, entre muchas otras labores. Considerar los aportes de calcio en la ración, la que está relacionada también con la longevidad de las vacas y no descuidar la nutrición de los animales en crecimiento y preparto, que serán el futuro productivo del predio.
¿Qué viene en el futuro en este ámbito?
Más precisión en la nutrición animal y mayor monitoreo de parámetros de crecimiento en animales jóvenes para asegurar producción futura. También ya se está hablando bastante de habilidad genética de animales para mayor digestibilidad de dietas y menor impacto ambiental reduciendo las emisiones de metano por ejemplo; así como la relación de interacción del animal con su microbiota y con el potencial de producción. De la forma en que hoy es posible seleccionar animales a través de sus marcadores genéticos asociados a fertilidad, producción de sólidos, tipo de beta caseína (A1 o A2) en leche; en el futuro se podrá seleccionar animales por características asociadas al aprovechamiento de la dieta.
En cuanto a nuestros proyectos, seguiremos generando información para los productores en diversos ámbitos ligados a la nutrición, como son la palatabilidad de forrajes alternativos para producción animal, digestibilidades ruminales de ingredientes para concentrados, guías de alimentación pastoril para vacas modernas, y en particular, me interesa mucho avanzar en el tema del acetato como suplemento nutricional para vacas lecheras. Con el proyecto en ejecución actual, la idea es identificar en qué etapa de lactancia el acetato resulta más efectivo en aumentar la productividad de las vacas, y si la fermentabilidad de la dieta afecta la respuesta productiva al acetato. Luego queremos validar esta aplicación en sistemas pastoriles a través del desarrollo de un suplemento palatable concentrado en acetato.
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