En septiembre: CCM Valdivia exhibe colección de Santería Popular Chilena
La Corporación Cultural Municipal de Valdivia hace un llamado a aprovechar la oportunidad de apreciar las 72 piezas que se están exhibiendo en la Casa Prochelle Uno, dado su valor histórico.
En los salones del Centro Cultural Casa Prochelle Uno se exhibe la exposición “Santería Popular de Chile”, cuya colección actualmente es propiedad de la municipalidad de Los Ángeles, y estará abierta al público durante todo el mes de septiembre.
El gerente de la Corporación Cultural Municipal de Valdivia, Erwin Vidal, explicó que “estas figuras religiosas nos permiten conocer y apreciar el trabajo de anónimos artesanos chilenos de la zona de la Frontera durante los siglos XVIII y XIX realizadas sin ninguna escuela previa, imágenes religiosas para la devoción popular. Los primitivos talladores y pintores se hicieron conocidos como “santeros” y de a poco fueron transformando su trabajo en un arte, algunas veces rústicos y otras veces algo más elaborado, el cual hoy mostramos en este año que Valdivia es Capital Americana de la Cultura”.
Por su parte el encargado de colecciones de la municipalidad de Los Ángeles, Claudio Bravo manifestó que es segunda vez que vienen a Valdivia con una exposición importantes, y llamó al público a aprovechar la oportunidad de apreciar las 72 piezas que se están exhibiendo en la Casa Prochelle Uno, dado su valor histórico.
La exposición es financiada gracias al Fondo de Apoyo al Fortalecimiento de la Gestión de Infraestructura Cultural pública de los Programas de Centros Culturales y teatros Regionales, del Programa RED CULTURA, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, convocatoria 2015.
Historia única
Se sabe que en Valdivia, Colchagua, Ovalle y Chiloé trabajaron escultores que dieron forma a sencillas imágenes religiosas para satisfacer las necesidades del culto y la devoción de la población. La mayoría de los imagineros locales debieron ser carpinteros que por sus peculiares habilidades recibieron el encargo de tallar algunas esculturas; en ocasiones bajo la guía de un sacerdote y muchas veces guiados por su intuición.
El conjunto de piezas provenientes de la Alta Frontera es un testimonio de gran interés, pues se trata de esculturas realizadas en zonas de misión, a cargo de jesuitas y franciscanos.
Las piezas de esta colección son únicas, no hay réplicas ni imitaciones, fueron talladas por campesinos y modestos pobladores de la zona de Angol y Los Ángeles, durante el siglo XVIII y XIX. Alrededor de 1900 se dejaron de confeccionar y fueron reemplazadas por las de yeso y otros materiales. La importancia y el aporte de esta colección para el Patrimonio Nacional radican en que dichas piezas son únicas, talladas por santeros durante la Colonia y gran parte de la República, sin ser autorizados por la Iglesia. Las imágenes que son de una sola pieza representaban a Cristo, la Virgen y los Santos.
El carácter popular e informal de esta producción artística explica la ausencia de registros documentales que permitan establecer un nexo entre las esculturas existentes y los nombres recogidos en los libros de cuentas. Por lo tanto no es posible establecer una datación precisa para dicha producción. En todos los siglos del período virreinal y gran parte del período republicano se pueden encontrar huellas de su actividad, con mayor producción durante la primera mitad del siglo XVIII.
Del análisis de las piezas escultóricas no surge un patrón completamente uniforme, es posible establecer un perfil con las principales características de la imaginería local. Uno de los rasgos más recurrentes es la idealización que se expresa en algunas esculturas como búsqueda de síntesis geométricas, obteniendo obras carentes de detalles y de volúmenes empastados. Un rasgo característico de este tipo de piezas es que todas son de formato reducido, por lo tanto fueron concebidas para servir a la devoción privada.
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