El periodismo valdiviano tuvo el privilegio de contar con su pluma ágil y clara que le permitió obtener el Premio Nacional de Literatura de 1952 y sus restos descansan en el Cementerio General de Valdivia. Cuando el pasado 12 de julio se cumplieron ya 48 años de su partida, acaecida en 1973, aún hay personas e intelectuales de la ciudad que lo recuerdan. No falta una flor en su tumba y su nombre se recuerda por la comunidad educativa de la Escuela Fernando Santiván del sector Corvi.
Fernando Antonio Santiváñez Puga nació el 1 de julio de 1886 en Arauco y era hijo de padre español y madre chillaneja a la que perdió cuando él apenas tenía 8 años. Su padre se preocupó de su educación y lo envió a Valparaíso con los Padres Franceses, el Colegio Inglés de Viña del Mar y el Liceo de Valparaíso. Poco a poco fue creando un carácter rebelde, pero muy despierto, apoyado por su gusto por la lectura, en especial por las obras de León Tolstoi. Así pasó por el Instituto Nacional y la Escuela de Artes y Oficios, pero fue expulsado de ese recinto educacional, pues consideraban que era nocivo por sus ideas anarquistas justamente del estilo tolstoiano.
REBELDE CON CAUSA
Fernando Santiváñez ingresó a comienzos del siglo XX al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile para cursando paralelamente las carreras de pedagogía en matemáticas y castellano, pero una vez más su carácter rebelde e inconformista hizo que decidiera abandonar esos proyectos.
En Santiago comenzó a frecuentar círculos intelectuales y en 1905, con 19 años fundó la "Colonia Tolstoiana" de San Bernardo junto al escritor Augusto D'Halmar y al pintor Julio Ortiz de Zárate. El trío adquirió un terreno cedido por el poeta Manuel Magallanes Moure y dieron rienda suelta a sus deseos de crear. En aquellos primeros años del siglo XX la sociedad chilena sufría tremendos cambios y la cuestión social era una realidad palpitante en las salitreras del norte, los nuevos cités de las urbes y los campos del centro y sur del país.
El mismo Santiván describe esa aventura en su libro “Memorias de un tolstoyano” (1955) donde explica que la colonia buscaba “la belleza de la vida sencilla; la no resistencia al mal, el apostolado que se podía ejercer entre los campesinos, y en la necesidad de huir de los viciosos placeres de la vida cotidiana”.
Pronto surgieron desacuerdos entre los artistas y Santibáñez decidió irse. No estaba convencido de ser un buen escritor y buscó hacer un oficio. Pronto conocería al anarquista italiano Aquiles Lemire de quien aprendió el oficio de zapatero y así se convirtió en un buscavidas e hizo todo tipo de trabajos, tal como sastre, carbonero, boxeador, profesor, propagandista y vendedor.
DE SANTIBÁÑEZ A SANTIVÁN
Se fue a vivir con el escritor Augusto D´Halmar a su casa de San Bernardo y en esa época empieza a descubrir y pulir su talento por la escritura, al tiempo que corteja a la hermana del escritor, Ascensión, con la que contrae matrimonio.
En 1909 publica su primer libro “Palpitaciones de vida” y adopta el seudónimo de Fernando Santiván y al año siguiente publica “Ansia”.
En 1912 inicia su labor como periodista en una época riquísima del periodismo chileno que mezclaba la prosa y otros elementos literarios para contar noticias. Ese año fue editor del semanario “Pluma y lápiz” y en 1914 se involucra en la organización de los primeros Juegos Florales como secretario de la Sociedad de Escritores de Chile.
En 1915 dirige la revista “Sucesos” y en 1916 publica su novela “La hechizada” con la que gana el primer premio del Concurso del Ateneo. Hasta que la desgracia lo golpea cuando su adorada Ascensión fallece. De golpe y porrazo Santiván se ve viudo y con dos niños.
ITINERANTE DEL PERIODISMO
Al año siguiente de enviudar vuelve a contraer matrimonio con Ernestina Pérez, una de las primeras mujeres que estudió medicina y fue doctora. Lamentablemente la pareja no congenia y la mala relación se agudiza con la muerte de la hija del primer matrimonio de Santiván. En ese 1917, trabaja en la Biblioteca Nacional y crea la “Revista de Artes y Letras”.
En 1918 dirigió el diario La Prensa de Antofagasta y siguió con su inquietud de escritor, ganando el Concurso de Cuentos organizado por el diario La Nación con «Pellines sobre el río» en 1920.
Hasta que en 1925 llega a Valdivia y se hace cargo del recordado diario El Correo de Valdivia.
En 1927 se muda a Villarrica en un fundo de su propiedad que llamó «Isla de Robinson», abrió allí una escuela rural y estuvo a cargo de ella ejerciendo como maestro hasta 1931.
VALDIVIANO DE ADOPCIÓN
Finalmente en 1940 se estableció de forma definitiva en Valdivia y en 1943 contrajo matrimonio con Carmen Cárcamo Sepúlveda con la que tiene a sus hijas Regina y Rufina. En ese mismo año vuelve a dirigir el diario El Correo de Valdivia.
En 1951 Fernando Santiván publica una de sus mejores obras “El mulato Riquelme” que narra el romance prohibido de Isabel Riquelme y Ambrosio O’Higgins y la posterior infancia de Bernardo O’Higgins. Esa obra, más todo su trabajo anterior lo hace merecedor del Premio Nacional de Literatura, un honor tremendo y muy comentado entre el circulo intelectual y educativo de Valdivia.
El jurado que le otorgó el máximo premio literario del país estuvo compuesto por el rector de la Universidad de Chile Juvenal Hernández, el rector del a Universidad de Concepción Enrique Molina y Eduardo Berríos de la Sociedad de Escritores de Chile. Este mismo año, fue nombrado académico correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua y participó en calidad de Delegado de la Paz de los Pueblos de Asia y del Pacífico en un congreso en Pekín, China. Al año siguiente acudió a Viena como Delegado al Congreso Mundial.
Entre 1954 y 1957 ocupó el cargo de Secretario General de la recién creada Universidad Austral de Chile, en Valdivia y en ese último año se le nombró Secretario General Fundador de la Universidad Austral y miembro de su Consejo y Directorio.
SIEMPRE HOMENAJEADO
En 1959 la Municipalidad de Valdivia le otorgó la medalla de oro por su labor literaria. El 1 de febrero de 1965, el alcalde Jorge Sabat le otorgó el Premio Municipal de Extensión Cultural y Artística por un jurado presidido por el propio alcalde, además del profesor Gastón Gaínza, en representación de la Universidad Austral; el abogado Aldo Guastavino, presidente de la Sociedad Amigos del Arte y por el profesor Eduardo González, director de la Universidad Técnica del Estado, Escuela Valdivia.
El 12 de julio de 1973 el afamado escritor que se enamoró de Valdivia sufrió un ataque cardiaco y fallece en el antiguo Hospital John Kennedy. Numerosas muestras de condolencias se dieron en los medios valdivianos y nacionales.
Su compañera Carmen falleció en 1985 y descansa junto a Santiván en una placa que dice “En cada amanecer caminamos vuestro amor, sus hijas y nietos”.
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