El rio Calle Calle – Valdivia, con sus paisajes y rincones espectaculares, no solo nos ha otorgado el mejor lugar para vivir, también nos ha privilegiado con la posibilidad de habitar en una ciudad socialmente inclusiva, tema debatido por autoridades y políticos, que buscan crear las normas que permitan lograr este anhelado objetivo.
En 1847, Don Carlos Anwandter, farmacéutico titulado en la Universidad de Berlín es nominado diputado de la Dieta Prusiana, como representante democrático del distrito de Calau. Después de la disolución de la Asamblea Nacional, y del fracaso del intento revolucionario, volvió a Calau, donde fue elegido alcalde.
Tenía 48 años de edad y una familia numerosa, gozaba de una buena posición económica y era respetado por sus conciudadanos.
Pero el deseaba vivir en un país que le pudiera ofrecer la oportunidad de vivir libremente de acuerdo con sus creencias, deseos y esperanzas.
Carlos Anwandter, renuncia a la alcaldía, vende su farmacia y encabeza un grupo 85 alemanes que zarpa desde el puerto de Hamburgo, a borde del pequeño velero Hermann.
El 19 de junio de 1850 se reunió un grupo de amigos para darles la despedida. En el discurso, el orador pronunció las siguientes palabras:
“Vosotros partís para preparar el camino y buscar un asilo para los partidarios del derecho, de la verdad y de la humanidad”.
Mientras que la gran mayoría de los emigrantes de entonces se componía de campesinos, artesanos y obreros de muy escasos recursos, entre los viajeros del Hermann, había universitarios, profesionales y empresarios que disponían de algún capital.
Cuando llegan los colonos alemanes a nuestra ciudad comienza el desarrollo Industrial de Valdivia.
Ellos no solo traían un oficio o profesión, sino también en muchos caso capital para instalar sus Industrias (curtiembres, fábricas de calzado, aserraderos, mueblerías, cervecerías, molinos, entre otros).
El río fue en ese momento la carretera por la cual llegaron las materias prima e insumos y así como también la vía por la cual salía la producción al Puerto de Corral para su distribución nacional como internacional.
Pero estos colonos no solo construyeron sus industrias a orillas del río, sino también sus casas en la primera línea. Así encontramos entonces fábricas a todo lo largo del recorrido del río por la ciudad. Isla Teja, Collico, Las Animas, General Lagos, Miraflores.
En la segunda línea detrás de las industrias se construyeron residencias para los trabajadores de estas empresas.
Esta sana característica mantiene nuestra ciudad hasta el día de hoy convirtiéndose tal vez en la única ciudad de Chile que no tiene ” DE LA PIAZA ITALIA PARA ARRIBA Y DE LA PLAZA ITALIA PARA ABAJO”.
Eduardo Schild Bentjerodt
Ex alcalde de Valdivia
Fundación Foro Los Ríos
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