Hoy celebramos el Día Nacional de la Prensa, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el rol fundamental del periodismo en la construcción de nuestra sociedad. Más que una efeméride, esta conmemoración es un reconocimiento a quienes, con su labor diaria, garantizan el derecho a la información y fortalecen la democracia.
Este día tiene sus raíces en la publicación del primer periódico nacional, "Aurora de Chile", el 13 de febrero de 1812, fundado por el valdiviano Camilo Henríquez González, quien nació en Valdivia el 20 de julio de 1769, en la casa de sus abuelos maternos, ubicada en la calle Yungay, en el mismo lugar donde años más tarde funcionó el diario El Correo de Valdivia y que hoy alberga a los juzgados de policía local.
Su infancia transcurrió en esta ciudad hasta que, a los nueve años, se trasladó a Santiago para iniciar su educación clerical, que continuó posteriormente en Lima. En Perú se transformó en un asiduo lector y difusor de las ideas de la Revolución Francesa y por ello fue perseguido y encarcelado por la Santa Inquisición.
En 1810, participó en la Revolución de Quito, y posteriormente regresó a Chile para contribuir en el proceso independentista. Durante el gobierno de José Miguel Carrera, fundó el Aurora de Chile, periódico que circuló por primera vez el 13 de febrero de 1812.
Con un tiraje de 500 ejemplares, este medio estaba orientado a la difusión de ideas políticas y sociales, con la misión de "ilustrar" a los chilenos y chilenas y contribuir a la independencia de la monarquía española. Aurora de Chile tuvo un total de 62 ediciones, siendo la última publicada el 1 de abril de 1813.
Además de periodista y sacerdote, Camilo Henríquez fue parlamentario, masón regular - perteneció a la logia lautarina-, estudió Medicina en Buenos Aires, legisló a favor de los pueblos indígenas, contribuyó a la fundación del Instituto Nacional y de la Biblioteca Nacional; fue un estrecho colaborador de José Miguel Carrera y Bernardo O’Higgins. Vistió como civil los últimos años de su vida.
En abril de 1813 funda el diario El Monitor Araucano, donde escribe usando los seudónimos de Quirino Lemáchez y Patricio Leal. Tras exiliarse en Argentina en 1815 luego del desastre de Rancagua, fue redactor de La Gaceta de Buenos Aires, donde estuvo a cargo de la redacción mensual “Observaciones acerca de algunos asuntos útiles”, y de la publicación semanal El Censor, periódico oficial del Cabildo de Buenos Aires.
Regresó de su autoexilio en 1822 a Santiago, aceptando la invitación del director supremo Bernardo O’Higgins para convertirse en director de la Biblioteca Nacional y redactor del periódico La gaceta ministerial.
Sus últimos trabajos periodísticos datan de 1822 y corresponden a un boletín al que bautizó El Mercurio de Chile, además de la creación de El Diario de la Convención de Chile y El nuevo Corresponsal.
Falleció en Santiago a los 55 años el 16 de marzo de 1825, en una casa de calle Teatinos que ya no existe y que compartió con una mujer patriota de nombre Trinidad Gana, quien lo cuidó hasta su muerte y a quien dejó como única heredera.
En este día, además de conmemorar su aporte al periodismo, celebramos la restauración y reinstalación del busto de Camilo Henríquez en Valdivia, que fue derribado el 14 de noviembre de 2019. En este sentido, desde el Colegio de Periodistas, queremos agradecer a la Municipalidad de Valdivia, especialmente a la alcaldesa Carla Amtmann y al equipo encargado de esta restauración, por este acto de justicia histórica.
Sin embargo, aún persiste una deuda con su memoria. Existen dos leyes, una promulgada hace 50 años y otra hace 30 años, que autorizaron la construcción de un monumento mayor en su honor en Valdivia, pero ninguna se ha cumplido.
La primera, la Ley 17.954, firmada por el presidente Salvador Allende en 1973, establecía la creación de una comisión ejecutiva para ejecutar la obra y recaudar fondos públicos. La segunda, la Ley 19.309, promulgada en 1994 bajo la presidencia de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, ordenó la formación de una comisión especial para gestionar el proyecto.
En 2011, tras gestiones del Consejo Regional del Colegio de Periodistas, se determinó que el monumento debía estar en el Paseo Camilo Henríquez y representar al prócer en cuerpo entero. No obstante, el proyecto quedó en el olvido.
Sería importante hacer justicia y dar cumplimiento a las leyes que autorizaron a levantar un monumento en su ciudad natal al padre del periodismo nacional y el valdiviano más importante en la historia de Chile.
Precisamente, en un mundo saturado de información y al mismo tiempo amenazado por la desinformación, el periodismo se vuelve aún más necesario. La prensa no solo informa, sino que también orienta, educa; ayudando a la ciudadanía a discernir lo falso de lo verdadero, a interpretar los hechos en su contexto y promover una cultura crítica, responsable y reflexiva.
Esta conmemoración nos invita a reconocer el esfuerzo y la entrega de quienes hacen posible el derecho a la comunicación: periodistas, reporteros y reporteras, camarógrafos y camarógrafas, fotógrafos y fotógrafos, comunicadores sociales y comunitarios, así como el personal de apoyo técnico de los medios de comunicación. Su labor merece el mayor reconocimiento y apoyo, ya que son pieza clave en la construcción de una sociedad democrática, participativa e informada.
Grupo DiarioSur, una plataforma informativa de Global Channel SPA.
Powered by Global Channel
209730