Atendiendo la misión de involucrar a las comunidades subrepresentadas de nuestra sociedad en el aprendizaje de las STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), AUI/NRAO, socio norteamericano del observatorio ALMA, participó en la jornada de astronomía del Colegio Dr. Jorge Otte para estudiantes sordos, ubicado en la comuna de San Joaquín.
Fundado en honor al Dr. Jorge Otte, ilustre profesor de otorrinolaringología de la Universidad de Chile, este colegio es el único establecimiento intercultural bilingüe del país que ofrece educación a niños, niñas, adolescentes y jóvenes sordos vulnerables en todos los niveles educativos, reconociendo y valorando la cultura sorda y por ende, respetando la lengua de señas. Su misión es contribuir a la formación de personas capaces de integrarse a la sociedad a través de una formación abierta y pluralista, considerando una orientación académica, humana, solidaria y de aceptación mutua.
La jornada comenzó con un taller sobre asteroides para los cursos de enseñanza básica, a cargo de la astrónoma Carolina Agurto. Esta experiencia fue creada por el equipo de divulgación StarTres, del cual Carolina es una de sus tres integrantes, además de ser investigadora postdoctoral del Núcleo de Formación Planetaria (NPF) en la Universidad de Chile.
La astrónoma Carolina Agurto comentó: “El taller AVERO, que corresponde a la sigla aventura rocosa, fue ideado como una experiencia educativa para niños y niñas de educación básica, para aprender sobre los asteroides, su origen, su composición y sus formas; y a través de la cual ellos crean su propio asteroide. Este taller fue financiado en 2021 por la Unión Astronómica Internacional y su Departamento de Desarrollo de Astronomía. Me encantó participar de este taller en el colegio Dr. Jorge Otte, inédito en formato presencial en Santiago y primera instancia exclusivamente desarrollada para la comunidad sorda, siendo una maravillosa experiencia que permitió atender las interrogantes de los niños y niñas, todos deseosos de acercarse a las ciencias espaciales”.
La actividad siguió con una charla introductoria a la astronomía y a nuestro lugar en el universo, que los llevó por un viaje por el Sistema solar, hasta otras galaxias. Además, durante la jornada pudieron disfrutar del montaje de la obra de teatro creada por Malamute creaciones: "Mi cuerpo celeste: un concierto en el cosmos", que contó en su creación con la asesoría científica del astrónomo José Gallardo del observatorio ALMA y que incluye lengua de señas, gracias al proyecto "Breaking the Barriers" de la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS).
Para Sonia Duffau, astrónoma y subgerente de divulgación y diversidad de AUI/NRAO, con esta jornada buscamos retomar actividades que atienden la misión del observatorio de aumentar la diversidad y la inclusión en las ciencias y en las STEM. “Si bien aún estamos en deuda como país para proveer las herramientas adecuadas para facilitar el ingreso y la permanencia de estudiantes interesados en seguir una vocación científica que pertenezcan a la comunidad sorda en Chile, nosotros de todos modos podemos contribuir abriendo espacios de aprendizaje. Durante varios años fuimos parte de la iniciativa “Rompiendo la barrera del silencio”, ahora llamada “Breaking the Barriers”, y hemos aprendido que la mejor manera de apoyar a cualquier comunidad es acercándose a ella y escuchando antes de actuar. Nuestro objetivo es aprender sobre sus necesidades e intereses, para así poder construir puentes colaborativos que permitan visualizar un camino de desarrollo en las ciencias”.
Juan Luis Marín, director del Colegio Jorge Otte, coeducador sordo desde 2002, profesor desde 2009 y director desde 2020; asegura que “hay muchos estudiantes interesados en participar en actividades científicas y si bien hay profesores de ciencia y matemáticas que se interesan en trabajar aquí, sabemos que ser educador oyente en una comunidad sorda es un gran desafío. Muchos profesores, que no conocen la comunidad, nos miran con lástima y sin darse cuenta nos ponen un techo en el aprendizaje, limitando el potencial de los alumnos. Hoy vemos que los estudiantes son capaces de aprender más de ciencia y seguir explorando nuevas actividades como la de hoy. Nos sentimos felices de poder relacionarnos en igualdad de condición, ya que en otros espacios aún existen muchas barreras para incorporarnos. Es importante hacer estos nexos para conocer nuestra cultura y comunidad”.
La coordinadora de educación y divulgación de AUI/NRAO, la astrónoma María Fernanda Durán, comentó sobre la interacción con los estudiantes de enseñanza media del colegio: “Si bien nosotras teníamos algún grado de acercamiento a la lengua de señas, a la comunidad sorda y a los intérpretes que facilitan la comunicación con el público sordo, esta es la primera vez que hacemos una actividad que fue pensada exclusivamente para ellos. Los temas que cubrimos en la charla se basaron en preguntas que nos hicieron llegar a través de la profesora Mirka Zepeda, y en las preguntas que iban surgiendo espontáneamente. Creo que logramos compartir esa fascinación universal por la astronomía derribando la barrera que supone el lenguaje hablado. La sorpresa y emoción que sintieron muchos de la comunidad escolar al ver las llamaradas solares con sus propios ojos, no necesitó ser ni dicha ni escuchada para ser entendida”.
Por su parte, Mirka Zepeda, profesora de matemática y física del mismo establecimiento, docente con más de 30 años de trayectoria, explica: “es muy importante este tipo de actividades, ya que nuestros alumnos no tienen buen acceso a la astronomía y es relevante aprender y profundizar en estas temáticas. Nunca antes se había hecho una actividad de este tipo y en esta área del conocimiento en el colegio. Hoy participan niños desde 2 años hasta alumnos de cuarto medio, en un establecimiento que atiende a más de 100 alumnos provenientes de todas las comunas de la Región Metropolitana. Es muy difícil que existan profesionales sordos que ingresen al área de ciencia y matemática; y esto se da en gran medida por el poco acceso que tienen de este contenido y la falta de especialización en el área de intérpretes de lengua de señas. Por eso es tan significativo que existan astrónomas que quieran acercar esta disciplina a la comunidad sorda. Una persona oyente puede incluso aprender desde textos escritos o de Youtube, pero para una persona sorda, su primera lengua es la de señas y no otra, lo que dificulta su información mediante canales tradicionales. Hoy incluso los alumnos pudieron observar a través de un telescopio solar y hacer preguntas en terreno”.
El colegio regularmente realiza actividades de vinculación, pero usualmente no son científicas, lo que aumenta aún más el valor de esta jornada de astronomía. Durante la tarde, los jóvenes de enseñanza media incluso pudieron observar el sol mediante un telescopio equipado con filtros especiales para este objetivo.
Tras la observación, Rocío Laubrie, alumna de cuarto medio del colegio, valoró la experiencia y comentó. “La verdad es que me gusta mucho el universo. Me interesa mucho la investigación acerca de la vía láctea, de la Tierra y los asteroides, y así saber cuál es nuestro origen, desde los dinosaurios hasta la evolución del hombre. Todos esos temas me fascinan. Me gustaría seguir aprendiendo más del universo, como hoy que incluso medimos la distancia entre los planetas y reconocimos otras galaxias. Al egresar quisiera estudiar diseño gráfico en una universidad o un instituto, y hacer talleres de profundización sobre astronomía y ciencias”.
Para finalizar, María Luisa Pérez, coordinadora de enseñanza media y profesora de lengua escrita, comentó: “Actualmente el Estado reconoce la existencia de la lengua de señas, pero no se aplica en todas las instituciones públicas. Las universidades tradicionales ofrecen un cupo especial para personas con discapacidad, pero sigue existiendo un sesgo discriminatorio con las personas Sordas, debido a la exigencia del manejo de la lectoescritura, que corresponde a una segunda lengua para ellos y una dificultad adicional al momento de tomar decisiones vocacionales. A ello, además se agrega la exigencia de un puntaje mínimo para postular. Asimismo, se suma el problema del círculo de la pobreza, ya que muy pocos sordos acceden a educación en lengua de señas, incluso hay familias que no la aprenden y no logran comunicarse. Pensar en una carrera cientifica supone un enorme desafío para la comunidad sorda y tampoco existen pocos referentes científicos entre ellos, lo que aumenta el valor de jornadas como la que hoy vivimos”.
“Aunque fueron muchas las actividades realizadas, siempre es insuficiente. Nos vamos con la misión de volver, a petición de los mismos estudiantes, para seguir conversando sobre las maravillas del Universo. Esta experiencia va más allá de una anécdota, es el inicio de un trabajo colaborativo de largo plazo”, concluyó María Fernanda Durán.
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