Recientemente conmemoramos el Día Mundial del Cáncer. Esta fecha nos invita a aumentar la conciencia sobre el cáncer y de promover estrategias de prevención.
El cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, siendo también una amenaza para la salud de la población en Chile. En el país, el cáncer se ha convertido en una de las principales causas de mortalidad en los últimos años. Ya en el año 2018 según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el cáncer fue la segunda causa de muerte en nuestro país y los datos actualizados al 2021 posicionaba a este grupo de enfermedades como la primera causa de muertes, desplazando a la patología cardiovascular. Visto de otra manera: el cáncer representa a una de cada diez causas de mortalidad entre los chilenos.
A pesar de los esfuerzos de muchas organizaciones tanto públicas como privadas, así como también la sociedad civil organizada, para reducir la incidencia y la mortalidad por cáncer en Chile, el país aún enfrenta muchos desafíos en esta área. Uno de los principales desafíos es el acceso a recursos de salud adecuados. Por ende, ante la carencia de recursos, siempre es de vital importancia recordar métodos de prevención y recordar favorecer estilos de vida saludables. Así como mantener un peso saludable, realizar actividad física con regularidad, no fumar, evitar exponerse al sol o hacerlo con las medidas de protección pertinentes, privilegiar un estilo de dieta mediterráneo así como también beber con moderación o evitar hacerlo.
Es responsabilidad de nuestro sistema de salud, entregar herramientas basadas en evidencia para poder tamizar esta patología en la población de riesgo. Exámenes que ya están en el inconsciente colectivo como la mamografía son extraordinariamente útiles para diagnosticar esta enfermedad en estadios precoces y poder ofrecerles a las pacientes un diagnóstico, pero con mayor razón un tratamiento oportuno. Así como la mamografía, la colonoscopía, el Papanicolau o el antígeno prostático específico son de gran importancia también.
Del punto de vista educacional, se deben fortalecer herramientas de enseñanza para esta patología desde el pregrado de la formación no tan solo en el área médica, sino en todas las áreas del cuidado de la salud, así como nutrición, psicología, enfermería, kinesiología, entre otras.
La oncología ha avanzado mucho en el último tiempo y con ello las terapias oncológicas. La oncología de precisión nos abrió un campo de desarrollo muy importante en esta área, mediante la creación de nuevos fármacos como la inmunoterapia o las moléculas pequeñas, herramientas terapéuticas que sin duda han cambiado diametralmente el pronóstico y sobrevida de nuestros pacientes.
El manejo integral del paciente oncológico es la base de nuestra especialidad. El acceso a un equipo multidisciplinario y también un ingreso precoz a las unidades de cuidados paliativos fomentada por el MINSAL, es fundamental; un enfoque multisistémico que ayuda a nuestros pacientes a tener un mejor control de síntomas asociados a la enfermedad. Y es que el Cáncer no es una sentencia, es un diagnóstico como tantos otros; y nuestro deber como equipo de salud no es tan solo manejar una enfermedad, sino que brindar todo nuestro conocimiento, arte y ciencia pero sobre todo la empatía y el cuidado a nuestros pacientes oncológicos.
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