“Magellan Explorer”, así se llama el crucero de lujo que viaja a la Antártica y que, gracias a sus sistemas de ingeniería de bajo impacto ambiental, hicieron que Asenav obtuviera el Premio AHK Chile 2023 de Medio Ambiente en la categoría de “empresas grandes”.
La compañía, originaria de Valdivia, se encargó de la construcción de esta nave que, además de reducir emisiones de gases, procesar aguas y residuos sólidos, es eficiente desde el punto de vista energético.
Entre las características que destacan de este crucero se encuentran, por ejemplo, su sistema catalítico que reduce las emisiones de óxido de nitrógeno, todo mediante un proceso de inyecciones que convierte esos gases en agua y nitrógeno inocuo.
A esto se suma un filtro ultravioleta que evita que bacterias o microorganismos que habitan en las aguas de puertos continentales, como las de Magallanes, se trasladen de forma residual al Continente Blanco.
La nave es un crucero de lujo con capacidad para 100 pasajeros y con espacio para 60 tripulantes. Mide 91 metros de eslora, casi alcanza a una cancha de fútbol profesional, y 16 metros de manga. Además, para operar en el Ártico y la Antártica, cuenta con la certificación "Polar Code 6" de Lloyd’s Register de Londres: los requisitos más altos para navíos que exploran ambos polos en el mundo.
Fue la minimización del impacto ambiental de este crucero lo que llevó a la Cámara Alemana de Comercio, AHK Chile, a entregarle al astillero el Premio AHK Chile 2023 de Medio Ambiente, en la subdivisión de “grandes empresas”.
“El concepto se basa en proteger las aguas más prístinas del mundo, que son las de la Antártica. Por lo tanto, desde un inicio, junto con los armadores trabajamos en un concepto que nos permitiera asegurar que el impacto sobre el medio ambiente sea el mínimo posible", comentó Hans Kossman, presidente de Asenav.
"Hoy estamos orgullosos de haber conseguido una nave que, ya en operaciones, ha demostrado que el desafío que nos impusimos ayer está marcando hoy la pauta en materia de cuidado del medio ambiente”, agregó.
Respecto a las operaciones del Magellan Explorer, este cuenta con una autonomía de 60 días. Es decir, amplía los períodos de navegación sin la necesidad de detenerse en puertos para recargar combustible, ni víveres.
El premio a la compañía fue otorgado por la embajadora de Alemania en Chile, Irmgard Maria Fellner, hecho que llenó de orgullo a sus miembros.
Así lo destacó Germán Schacht, Business Development Manager de Asenav, quien sostuvo: “Es un premio sumamente positivo e interesante, ya que visibiliza cómo la ingeniería chilena está marcando pauta a nivel mundial. Eso nos releva a nosotros como empresa, pero también al país".
"Además, estamos orgullosos que un astillero nacional desarrolle tecnología de este calibre, que nos permita operar en un lugar tan lindo como la Antártica sin necesidad de contaminarla. Queremos seguir haciendo más eficiente y sustentable la industria naval y naviera”, señaló.
Las actividades y excursiones que se pueden desarrollar en el crucero, que ya lleva tres temporadas operando, considerando una que se suspendió por la crisis sanitaria del covid-19, se encuentran diversas opciones de deportes náuticos, caminatas, observación de la fauna y flora y charlas e investigaciones, siempre respetando las normas y regulaciones establecidas para proteger los ecosistemas antárticos.
De esta manera, los pasajeros pueden disfrutar de la belleza natural de la Antártica sin dañar el entorno natural, gracias al desafío que Asenav, el astillero privado más importante de la costa del Pacífico, se impuso al momento de su construcción.
En definitiva, este crucero es una opción de viaje a la Antártica que combina la aventura y la educación con el respeto por el medio ambiente. Una gran oportunidad para conocer un lugar fascinante, al tiempo que se contribuye a su conservación y protección.
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